César Moro y el surrealismo peruano

LOS POETAS QUE LEÍ
POESÍA VANGUARDISTA LATINOAMERICANA
Por Joel Lenner Castañeda Dueñas

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CÉSAR MORO
Nombre completo
Alfredo Quispez Asín
Nacionalidad
Peruano
Lugar y fecha de Nacimiento
Lima (Perú), 19 de agosto de 1903
Lugar y fecha de defunción
Lima (Perú), 10 de enero de 1956
Obra cumbre
La tortuga ecuestre (Poesía, 1958)
Obras importantes
Le château de grisou (Poesía, 1943),
Lettre d’amour (Poesía, 1944),
Trafalgar Square (Poesía, 1954),
Los anteojos de azufre (Poesía, 1958).
Amour a morte (Poesía, 1957).
Movimiento Literario
Vanguardismo – Surrealismo
Datos biográficos
* Joven, en 1925 viajó a París, en donde se enroló al movimiento vanguardista de André Bretón (poeta francés fundador del surrealismo). Allí realizó exposiciones de sus pinturas, para posteriormente dedicarse a la poesía.
*  En 1935, su opción sexual, pues era homosexual, le valdría una ácida disputa con Vicente Huidobro; tres años depués sería expulsado del país por motivos políticos. se instaló en México y es allí donde rompe con la postura surrealista, volviendo al Perú diez años después
Importancia
* Poeta y pintor surrealista, en vida no fue muy bien valorado, sin embargo, actualmente su obra esta siendo revalorado, siendo motivo de estudios críticos en el mundo.
*  Es el más alto representante del surrealismo latinoamericano


 CARTA A ANTONIO
      Te quiero con tu gran crueldad, porque apareces en medio
de mi sueño y me levantas y como un dios, como un autentico dios,
como el único y verdadero, con la injusticia de los dioses, todo negro dios nocturno, todo de obsidiana
con tu cabeza de diamante, como un potro salvaje, con tus manos salvajes y tus pies de oro que sostienen tu cuerpo negro,
me arrastras y me arrojas al mar de las torturas y de las suposiciones.
      Nada existe fuera de ti, sólo el silencio y el espacio. Pero tu eres
el espacio y la noche, el aire y el agua que bebo, el silencioso veneno y el volcán en cuyo abismo caí hace tiempo,
hace siglos, desde antes de nacer, para que de los cabellos me arrastres hasta mi muerte.
      Inútilmente me debato, inútilmente pregunto. Los dioses son mudos;
como un muro que se aleja, así respondes a mis preguntas, a la sed
quemante de mi vida.
      ¿Para qué resistir a tu poder? Para qué luchar con tu fuerza de
rayo, contra tus brazos de torrente; si así ha de ser, si eres el punto,
el polo que imanta mi vida.
      Tu historia es la historia del hombre. El gran drama en que mi existencia es el zarzal ardiendo, el objeto
de tu venganza cósmica, de tu rencor de acero.
      Todo sexo y todo fuego, así eres. Todo hielo y todo sombra, así eres:
hermoso demonio de la noche, tigre implacable de testículos de estrella,
gran tigre negro de semen inagotable de nubes inundando el mundo.
      Guárdame junto a ti, cerca de tu ombligo en que principia el aire;
cerca de tus axilas donde se acaba el aire. Cerca de tus pies y cerca de
tu manos. Guárdame junto a ti.
      Seré tu sombra y el agua de tu sed, con ojos; en tu sueño seré aquel
punto luminoso que se agranda y lo convierte todo en lumbre; en tu
lecho al dormir oirás como un murmullo y un calor a tus pies se anudará
e irá subiendo y lentamente se apoderará de tus miembros y un gran descanso tomará tu cuerpo y al extender tu mano
sentirás un cuerpo extraño, helado: seré yo. Me llevas en tu sangre y en tu aliento, nada podrá borrarme.
       Es inútil tu fuerza para ahuyentarme, tu rabia es menos fuerte
que mi amor; ya tú y yo unidos para siempre, a pesar tuyo, vamos juntos.
       En el placer que tomas lejos de mi hay un sollozo y tu nombre.
       Frente a tus ojos el fuego inextinguible.


LA LEVE PISADA DEL DEMONIO NOCTURNO
En el gran contacto del olvido
A ciencia cierta muerto
Tratando de robarte a la realidad
Al ensordecedor rumor de lo real
Levanto una estatua de fango purísimo
De barro de mi sangre
De sombra lúcida de hambre intacto
De jadear interminable
Y te levantas como un astro desconocido
Con tu cabellera de centellas negras
Con tu cuerpo rabioso e indomable
Con tu aliento de piedra húmeda
Con tu cabeza de cristal
Con tus orejas de adormidera
Con tus labios de fanal
Con tu lengua de helecho
Con tu saliva de fluido magnético
Con tus narices de ritmo
Con tus pies de lengua de fuego
Con tus piernas de millares de lágrimas petrificadas
Con tus ojos de salto nocturno
Con tus dientes de tigre
Con tus venas de arco de violín
Con tus dedos de orquesta
Con tus uñas para abrir las entrañas del mundo
Y vaticinar la pérdida del mundo
En las entrañas del alba
Con tus axilas de bosque tibio
Bajo la lluvia de tu sangre
Con tus labios elásticos de planta carnívora
Con tu sombra que intercepta el ruido
Demonio nocturno


EL FUEGO Y LA POESÍA
En el agua quemante el sol refleja la mano de cenit
1
Amo el amor
El martes y no el miércoles
Amo el amor de los estados desunidos
El amor de unos doscientos cincuenta años
Bajo la influencia nociva del judaísmo sobre la vida monástica
De las aves de azúcar de heno de hielo de alumbre o de bolsillo
Amo el amor de faz sangrienta con dos inmensas puertas al vacío
El amor como apareció en doscientas cincuenta entregas durante
            cinco años
El amor de economía quebrantada
Como el país más expresionista
Sobre millares de seres desnudos tratados como bestias
Para adoptar esas sencillas armas del amor
Donde el crimen pernocta y bebe agua clara
De la sangre más caliente del día

3
Amo la rabia de perderte
Tu ausencia en el caballo de los días
Tu sombra y la idea de tu sombra
Que se recorta sobre un campo de agua
Tus ojos de cernícalo en las manos del tiempo
Que me deshace y te recrea
El tiempo que amanece dejándome más solo
Al salir de mi sueño que un animal antediluviano perdido en la
              sombra de los días
Como una bestia desdentada que persigue su presa
Como el milano sobre el cielo evolucionando con una precisión de
              relojería
Te veo en una selva fragorosa y yo cerniéndome sobre ti
Con una fatalidad de bomba de dinamita
Repartiéndome tus venas y bebiendo tu sangre
Luchando con el día lacerando el alba
Zafando el cuerpo de la muerte
Y al fin es mío el tiempo
Y la noche me alcanza
Y el sueño que me anula te devora
Y puedo asimilarte como un fruto maduro
Como una piedra sobre una isla que se hunde

4
El agua lenta el camino lento los accidentes lentos
Una caída suspendida en el aire el viento lento
El paso lento del tiempo lento
La noche no termina y el amor se hace lento
Las piernas se cruzan y se anudan lentas para echar raíces
La cabeza cae los brazos se levantan
El cielo de la cama la sombra cae lenta
Tu cuerpo moreno como una catarata cae lento
En el abismo
Giramos lentamente por el aire caliente del cuarto caldeado
Las mariposas nocturnas parecen grandes carneros
Ahora sería fácil destrozarnos lentamente
Arrancarnos los miembros beber la sangre lentamente
Tu cabeza gira tus piernas me envuelven
Tus axilas brillan en la noche con todos sus pelos
Tus piernas desnudas
En el ángulo preciso
El olor de tus piernas
La lentitud de percepción
El alcohol lentamente me levanta
El alcohol que brota de tus ojos y que más tarde
Hará crecer tu sombra
Mesándome el cabello lentamente subo
Hasta tus labios de bestia

6
El agua lenta las variaciones mínimas lentas
El rostro leve lento
El suspiro cortado leve
Los guijarros minúsculos
Los montes imperceptibles
El agua cayendo lenta
Sobre el mundo
Junto a tu reino calcinante
Tras los muros el espacio
Y nada más el gran espacio navegable
El cuarto sube y baja
Las olas no hacen nada
El perro ve la casa
Los lobos se retiran
El alba acecha para asestamos su gran golpe
Ciegos dormidos
Un árbol ha crecido
En vano cierro las ventanas
Miro la luna
El viento no ha cesado de llamar a mi puerta
La vida oscura empieza

Así te levantas para siempre
Pisoteando el mundo que te ignora
Y que ama sin saber tu nombre
Y que gime tras el olor de tu paso
De fuego de azufre de aire de tempestad
De catástrofe intangible y que merma cada día
Esa porción en que se esconden los designios nefastos y la sospecha
 que tuerce la boca del tigre que en las mañanas escupe para hacer el día


BATALLA AL BORDE DE UNA CATARATA
Tener entre las manos largamente una sombra
De cara al sol
Tu recuerdo me persiga o me arrastre sin remedio
Sin salida sin freno sin refugio sin habla sin aire
El tiempo se transforma en casa de abandono
En cortes longitudinales de árboles donde tu imagen se disuelve en
                humo
El sabor más amargo que la historia del hombre conozca
El mortecino fulgor y la sombra
El abrir y cerrarse de puertas que conducen al dominio encantado de
                tu nombre
Donde todo perece
Un inmenso campo baldío de hierbas y de pedruscos interpretables
Una mano sobre una cabeza decapitada
Los pies
Tu frente
Tu espalda de diluvio
Tu vientre de aluvión un muslo de centellas
Una piedra que gira otra que se levanta y duerme en pie
Un caballo encantado un arbusto de piedra un lecho de piedra
Una boca de piedra y ese brillo que a veces me rodea
Para explicarme en letra muerta las prolongaciones misteriosas
               de tus manos que vuelven con el aspecto amenazante de un
               cuarto modesto con una cortina roja que se abre ante el infierno
Las sábanas el cielo de la noche
El sol el aire la lluvia el viento
Sólo el viento que trae tu nombre.


REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS

http://domingo-de-ramos.blogspot.com/2010/06/del-libro-siberania-y-transgresion.html
http://amediavoz.com/moro.htm
https://www.poemas-del-alma.com/cesar-moro.htm


http://www.vallejoandcompany.com/bajo-el-oro-pesado-de-las-aguas-7-poemas-de-cesar-moro/

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