LOS POETAS QUE LEÍ
LA POESÍA PURA
Por Joel Lenner Castañeda Dueñas

ALEJANDRA PIZARNIK
Nombre completo
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Alejandra Pizarnik
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Nacionalidad
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Argentina
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Lugar y fecha
de Nacimiento
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Avellaneda (Argentina), 29 de abril de 1936
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Lugar y fecha
de defunción
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Buenos Aires (Argentina), 25 de setiembre de 1972
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Obra cumbre
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Extracción de la piedra de locura (Poesía, 1968)
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Obras
importantes
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La tierra más ajena (Poesía, 1955)
La última inocencia (Poesía, 1956)
Las aventuras perdidas (Poesía, 1958)
Arbol de Diana (Poesía, 1962)
Los trabajos y las noches (Poesía, 1965)
El infierno musical (Poesía, 1971)
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Movimiento
Literario
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Vanguardismo – Poesía pura
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Datos
biográficos
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* De padres judíos rusos, desde
niña tuvo problemas de autoestima, debido a su acento europeo y un leve
tartamudeo al hablar; a esto se sumaría en su adolescencia graves problemas
de acné y un súbito aumento de peso.
* Las constantes depresiones, llevó
a Pizarnik a dos intentos de suicidio, que motivó a sus familiares a
recluirla en un hospital siquiátrico de Buenos Aires, de donde logró salir
con permiso para tomarse 50 pastillas de seconal, falleciendo a los 36 años.
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Importancia
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* Es una de las más
controvertidas personalidades del mundo literario hispanoamericano.
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COLD IN HAND BLUES
Y
qué es lo que vas a decir
voy
a decir solamente algo
y
qué es lo que vas a hacer
voy
a ocultarme en el lenguaje
y
por qué
tengo
miedo
EL DESPERTAR
A León Ostrov
Señor
La
jaula se ha vuelto pájaro
y
se ha volado
y
mi corazón está loco
porque
aúlla a la muerte
y
sonríe detrás del viento
a
mis delirios
Qué
haré con el miedo
Qué
haré con el miedo
Ya
no baila la luz en mi sonrisa
ni
las estaciones queman palomas en mis ideas
Mis
manos se han desnudado
y
se han ido donde la muerte
enseña
a vivir a los muertos
Señor
El
aire me castiga el ser
Detrás
del aire hay monstruos
que
beben de mi sangre
Es
el desastre
Es
la hora del vacío no vacío
Es
el instante de poner cerrojo a los labios
oír
a los condenados gritar
contemplar
a cada uno de mis nombres
ahorcados
en la nada.
Señor
Tengo
veinte años
También
mis ojos tienen veinte años
y
sin embargo no dicen nada
Señor
He
consumado mi vida en un instante
La
última inocencia estalló
Ahora
es nunca o jamás
o
simplemente fue
¿Cómo
no me suicido frente a un espejo
y
desaparezco para reaparecer en el mar
donde
un gran barco me esperaría
con
las luces encendidas?
¿Cómo
no me extraigo las venas
y
hago con ellas una escala
para
huir al otro lado de la noche?
El
principio ha dado a luz el final
Todo
continuará igual
Las
sonrisas gastadas
El
interés interesado
Las
preguntas de piedra en piedra
Las
gesticulaciones que remedan amor
Todo
continuará igual
Pero
mis brazos insisten en abrazar al mundo
porque
aún no les enseñaron
que
ya es demasiado tarde
Señor
Arroja
los féretros de mi sangre
Recuerdo
mi niñez
cuando
yo era una anciana
Las
flores morían en mis manos
porque
la danza salvaje de la alegría
les
destruía el corazón
Recuerdo
las negras mañanas de sol
cuando
era niña
es
decir ayer
es
decir hace siglos
Señor
La
jaula se ha vuelto pájaro
y
ha devorado mis esperanzas
Señor
La
jaula se ha vuelto pájaro
Qué
haré con el miedo
CAMINOS DEL ESPEJO
I
Y
sobre todo mirar con inocencia. Como si no pasara nada, lo cual es cierto.
II
Pero
a ti quiero mirarte hasta que tu rostro se aleje de mi miedo como un pájaro del
borde
filoso
de la noche.
III
Como
una niña de tiza rosada en un muro muy viejo súbitamente borrada por la lluvia.
IV
Como
cuando se abre una flor y revela el corazón que no tiene.
V
Todos
los gestos de mi cuerpo y de mi voz para hacer de mí la ofrenda, el ramo que
abandona
el
viento en el umbral.
VI
Cubre
la memoria de tu cara con la máscara de la que serás y asusta a la niña que
fuiste.
VII
La
noche de los dos se dispersó con la niebla. Es la estación de los alimentos
fríos.
VIII
Y
la sed, mi memoria es de la sed, yo abajo, en el fondo, en el pozo, yo bebía,
recuerdo.
IX
Caer
como un animal herido en el lugar que iba a ser de revelaciones.
X
Como
quien no quiere la cosa. Ninguna cosa. Boca cosida. Párpados cosidos. Me
olvidé.
Adentro
el viento. Todo cerrado y el viento adentro.
XI
Al
negro sol del silencio las palabras se doraban.
XII
Pero
el silencio es cierto. Por eso escribo. Estoy sola y escribo. No, no estoy
sola.
Hay
alguien aquí que tiembla.
XIII
Aun
si digo sol y luna y estrella me refiero a cosas que me suceden. ¿Y qué deseaba
yo?
Deseaba
un silencio perfecto.
Por
eso hablo.
XIV
La
noche tiene la forma de un grito de lobo.
XV
Delicia
de perderse en la imagen presentida. Yo me levanté de mi cadáver, yo fui en
busca de quien soy.
Peregrina
de mí, he ido hacia la que duerme en un país al viento.
XVI
Mi
caída sin fin a mi caída sin fin en donde nadie me aguardó pues al mirar quién
me aguardaba
no
vi otra cosa que a mí misma.
XVII
Algo
caía en el silencio. Mi última palabra fue yo pero me refería al alba luminosa.
XVIII
Flores
amarillas constelan un círculo de tierra azul. El agua tiembla llena de viento.
XIX
Deslumbramiento
del día, pájaros amarillos en la mañana. Una mano desata tinieblas, una mano
arrastra
la
cabellera de una ahogada que no cesa de pasar por el espejo. Volver a la
memoria del cuerpo,
he
de volver a mis huesos en duelo, he de comprender lo que dice mi voz.
EXILIO
A Raúl Gustavo Aguirre
Esta
manía de saberme ángel,
sin
edad,
sin
muerte en qué vivirme,
sin
piedad por mi nombre
ni
por mis huesos que lloran vagando.
¿Y
quién no tiene un amor?
¿Y
quién no goza entre amapolas?
¿Y
quién no posee un fuego, una muerte,
un
miedo, algo horrible,
aunque
fuere con plumas,
aunque
fuere con sonrisas?
Siniestro
delirio amar a una sombra.
La
sombra no muere.
Y
mi amor
sólo
abraza a lo que fluye
como
lava del infierno:
una
logia callada,
fantasmas
en dulce erección,
sacerdotes
de espuma,
y
sobre todo ángeles,
ángeles
bellos como cuchillos
que
se elevan en la noche
y
devastan la esperanza.
POEMA 35
Vida,
mi vida, déjate caer, déjate doler, mi vida,
déjate
enlazar de fuego, de silencio ingenuo, de
piedras
verdes en la casa de la noche, déjate
caer
y doler, mi vida.
LA ENAMORADA
esta
lúgubre manía de vivir
esta
recóndita humorada de vivir
te
arrastra alejandra no lo niegues.
hoy
te miraste en el espejo
y
te fue triste estabas sola
la
luz rugía el aire cantaba
pero
tu amado no volvió
enviarás
mensajes sonreirás
tremolarás
tus manos así volverá
tu
amado tan amado
oyes
la demente sirena que lo robó
el
barco con barbas de espuma
donde
murieron las risas
recuerdas
el último abrazo
oh
nada de angustias
ríe
en el pañuelo llora a carcajadas
pero
cierra las puertas de tu rostro
para
que no digan luego
que
aquella mujer enamorada fuiste tú
te
remuerden los días
te
culpan las noches
te
duele la vida tanto tanto
desesperada
¿adónde vas?
desesperada
¡nada más!
TIEMPO
A
Olga Orozco
Yo
no sé de la infancia
más
que un miedo luminoso
y
una mano que me arrastra
a
mi otra orilla.
Mi
infancia y su perfume
a
pájaro acariciado.
SALVACIÓN
Se
fuga la isla
Y
la muchacha vuelve a escalar el viento
y
a descubrir la muerte del pájaro profeta
Ahora
es
el fuego sometido
Ahora
es
la carne
la
hoja
la
piedra
perdidos
en la fuente del tormento
como
el navegante en el horror de la civilación
que
purifica la caída de la noche
Ahora
la
muchacha halla la máscara del infinito
y
rompe el muro de la poesía.
LA JAULA
Afuera
hay sol.
No
es más que un sol
pero
los hombres lo miran
y
después cantan.
Yo
no sé del sol.
Yo
sé la melodía del ángel
y
el sermón caliente
del
último viento.
Sé
gritar hasta el alba
cuando
la muerte se posa desnuda
en
mi sombra.
Yo
lloro debajo de mi nombre.
Yo
agito pañuelos en la noche y barcos sedientos de realidad
bailan
conmigo.
Yo
oculto clavos
para
escarnecer a mis sueños enfermos.
Afuera
hay sol.
Yo
me visto de cenizas.
REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS
https://www.elindependiente.com/tendencias/cultura/2018/09/25/alejandra-pizarnik/
http://amediavoz.com/pizarnik.htm
https://www.poemas-del-alma.com/alejandra-pizarnik.htm
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